«La mejor defensa contra los patógenos es la información» (Yuval Harari, historiador y escritor israelí)
En tiempos de confinamiento, pandemia, cuarentena y gente asintomática, vale la pena recordar una triste historia: un 27 de marzo fue el fin de Mary Mallon. ¿Quién es ella? De seguro te preguntas. Pues es una persona que vivió en EEUU y se le asocia con entre 3 y 50 muertes, dependiendo las fuentes. Ese día quedó aislada del resto del mundo por 23 años, hasta que murió de un infarto a los 69 años.
Que el preámbulo no te engañe: Mary fue víctima de la ignorancia, la desinformación y de su propia tozudez. Fue la primera persona asintomática (es decir, no presentaba síntomas) detectada capaz de transmitir la fiebre tifoidea. Muy mala enfermedad si te dedicas a la cocina. En cada hogar que trabajaba, la familia enfermaba, y en ocasiones moría, de esta enfermedad. Y en cada ocasión, Mary se buscaba un nuevo trabajo y repetía el ciclo.
Identificada como el foco central de todas las infecciones, Mary fue aislada, primero en un hospital y después en un centro médico en una pequeña isla, donde estuvo en una cuarentena que se alargó por 3 años. Esta situación era absurda para Mary, que sentía que recibía un trato de paria a pesar de no haber hecho nada malo. Inició acciones legales y atrajo la atención de la prensa, especialmente del por entonces todopoderoso William Randolph Hearst (creador de la «prensa amarilla») que contó por primera vez su caso. Lamentablemente este apoyo, además de darle los recursos para las acciones legales, le dio el apodo que la acompañaría por el resto de su vida: Mary Tifoidea.
Mary consigue su libertad a condición de que no vuelva a trabajar nunca más en la cocina. Pero después de un breve paso por una lavandería, termina nuevamente trabajando de cocinera, incluso en un hospital. La muerte y la enfermedad vuelve a seguir sus pasos y termina una vez más recluida, esta vez para siempre.
Puedes leer un poco más de su historia acá y acá.
Pudo tener mejor trato médico, pudo ser tratada mejor por los medios, ella misma pudo tener algo más de precaución una vez obtuvo su libertad… Pero en última instancia, la causante inicial de todo fue la bacteria Salmonella typhi, protagonista de nuestra imagen de la semana.